
Cena para dos.

Paulo Alves, ceramista, trabajando en su estudio.

Manos de Paulo, soñando por su cuenta.

Algunos sueños, durmiendo en su taller.

Paulo y sus manos acabando una pieza.

Instrumental para parir cerámica.

Sueños levemente japoneses.

Diseño zen no significa espíritu zen..

Si algo falla (temperatura del horno, color del barniz, forma) esas manos soñadoras rompen la obra a martillazos.

La hornada entera, no una pieza.

El cuenco que sobrevive, respira tranquilo.

Línea, color y textura han sido aprobadas.

Toca armonizarse con el resto del mundo.

Te verde.

Aceitunas negras.

Nueces.

Y otras maravillas.

Mientras, nuevas piezas se preparan.

Surgiendo del austero paritorio

Para ser belleza descarada.

Y poner en un pedestal

o no.